martes, 19 de julio de 2011

Despedida del héroe: Relación de autor anónimo, Fuentespreadas1944

Relación de un Quinto del 44 para una Supuesta Fiesta del Gallo en Fuentespreadas (Zamora)

Despedida del héroe

El héroe cantó ante el gallo tutelar.
El viento agavilló algunas estrofas.

(quiere decirse que no todas están aquí escritas y varias de ellas no guardó un recuerdo fidedigno)

 "Aquí me pongo a cantar
con metro de Martín Fierro
y, aunque me llamen perro
por no estrujar el cerebro,
del remedo me celebro,
un eco de Castilla, Fierro.

Yo si soy cantor letrao,
mas al ponerme a cantar
seguro que he de faltar
a la lengua castellana,
pero la humildad es sana
y se puede perdonar.

Pido a todos los presentes
que presten gran atención
a esta humilde relación
que del corazón me brota
como dolorida nota,
como cencida canción.

Frente al gallo tutelar
la pena de este momento
(este potro de tormento)
será firme recordación.
La fiesta será ocasión
de mostrar mi sentimiento.

Es mi Pueblo, es mi Tribu,
como siempre es de rigor
para todo buen cantor
que se precie de castado,
el primer ser saludado
por ser el gran luchador.

De mis padres no me olvido
aunque estoy en orfandad
¡Ay tristeza! ¡Ay crueldad
del destino de mi grey!
Para mi mi padre es rey
y mi madre una deidad.

Divinidad fue mi madre
derrota de los rencores
quien cultivando las flores
en septiembre se abrieron
¡Qué buen homenaje dieron
por cuidar de sus colores!

Es mineral y fue alondra,
fue ruiseñor y es ya nada:
fue mi madre, fue mi amada.
Anhelada, mas ya muerta.
Viva siempre aunque yerta:
mariposa renovada.

Membraré a la Autoridad
que el Pueblo nombre regente
del Pasado y del Presente
como dos fogatas puras,
aheladas aunque duras,(1*)
del recuerdo consecuente.

¿Qué puedo de decir de ustedes
sacerdotes y maleros
de la magia pregoneros?
Es de uso y de recibo
y en mi mente no concibo
serpiente sin agujero.

Gallo que vas a morir
con esta espada brillante,
tu valor sea mi cante
de esperanzas mañaneras
en las albas primaveras
del querido lar ausente.

Y hasta el viento conoce
que donde lanzo mis ojos
con dulceza los recojo
prendidos de otra mirada
del mismo huego brasada
ferida por cual abrojo.

Los abrojos que rasguñan
a mi también me arañaron:
mi corazón desolaron
con tan grande crueldad
que maldigo hasta la maldad
que los dioses me enviaron.

Maldigo hambrusia y helaje,
la emigración y su brillo,
soledad y su martillo,
el harmatan, el siroco,
la holganza de unos pocos,
las guerras con su cuchillo.

Maldigo la fuerza escura
que impulsa nuestro destino
en pos de un amargo sino
ya lejos de nuestra tierra
que nos ama y que nos cierra
vereda de cierza y vino.

'Aquí me despido yo
que he relatao a mi modo
males que conocen todos
pero que naides cantó' (2*).
Aquí me despido yo
y me despido de todos.

Adios pueblo, abur lares,
adios mis muertos queridos,
abur amigos garridos,
lluvias, trigales y arenas,
oasis, viñas y avenas
en mi corazón prendidos.

Se me parte el corazón,
el alma se entenebrece,
hasta el gallo se estremece
por esos ojos guayosos
de amaritud, hondos fosos
donde el alma no amanece.

Dadme ánimos. Dadme vida.
Dadme vino de palma
que, en la carne, alegra el alma.
Corónide. A la orquesta
le pido: empiece la fiesta.
Reclamo las notas del alma:

Tocad la Internacional.
Gaya viva, que no muerta.
Esperanza. Alba. Puerta
abierta que al pueblo acorre.
Mientras, mi caballo, corre
veloz, una veredita cierta...

hacia la Muerte"

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