(estas rimas, compuestas por Horacio Álvarez Hernández, que recuerdan a las personas fallecidas en el municipio de Santa Clara de Avedillo llegan a su fin; esta es la última entrega)
...
También aquí dejó lastre,
y unos recuerdos amargos,
a su familia, Milagros,
la esposa de Emilio 'El Sastre'.
Enfrente, en la otra manzana
-muy poca gente conoce-
murió la tía Veridiana,
que fue la madre de Conce.
Debo de hacer un espacio,
para también recordarlo:
la familia de Dalmacio,
su esposa, Antonio y Gonzalo.
El pueblo ya he recorrido,
alguien se me habrá olvidado,
por ello perdones pido,
al no ser intencionado.
A sus familiares digo,
que de todo corazón,
a todo el pueblo le pido,
por ellos, una oración.
Y al que tenga la osadía
de leer este relato,
rememore que algún día
constará en este reparto.
Bien sabe Dios que quisiera,
cuando algún tiempo pase,
hubiera quien se acordase
y aquí mi nombre incluyera.
Que, aunque parezca mentira,
el tiempo se irá pasando,
y alguien se estará acordando
de quien, hoy, tenemos vida.
Nos debemos acordar
que esta vida es transitoria;
y para ir a la Gloria (sic)
la tenemos que ganar.
Y no quiero más cansar
con este vano estribillo;
pido al pueblo de Avedillo
que me sepa perdonar.
Horacio Álvarez Hernández
Año 2001, Gijón,
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