Mientras se ha de preparar
mi mujer saya y toquilla,
yo busco a quien arrendar
por tres meses la moquilla.
El invierno traicionero
se mete por el atajo
y nos va a costar trabajo
subir la cuesta de enero.
Ya empiezan a dar la matraca
los achises al compás,
con esputos sin parar
y la tos como carraca.
A los viejos voy a dar
un consejo muy loable,
que es facilmente aplicable
y lo pueden practicar.
Piensen que no es desatino
que al cuerpo, con averías,
hay que darle calorías
con inyecciones de vino.
Pues si tose a cada hora,
o si viene con catarro,
quédese cerca del jarro,
y verá como mejora.
Ahora, cuando el frío pega,
déjese en paz de jarabes:
arremeta al muslo de ave
y al tinto de su bodega.
Para el invierno pasar
arrimadito a la lumbre,
eche al jarro medio azumbre
y no deje de soplar.
Mientras se ha de preparar
mi mujer saya y toquilla,
yo busco a quien arrendar
por tres meses la moquilla.
El invierno traicionero
se mete por el atajo
y nos va a costar trabajo
subir la cuesta de enero.
Ya empiezan a dar la matraca
los achises al compás,
con esputos sin parar
y la tos como carraca.
A los viejos voy a dar
un consejo muy loable,
que es facilmente aplicable
y lo pueden practicar.
Piensen que no es desatino
que al cuerpo, con averías,
hay que darle calorías
con inyecciones de vino.
Pues si tose a cada hora,
o si viene con catarro,
quédese cerca del jarro,
y verá como mejora.
Ahora, cuando el frío pega,
déjese en paz de jarabes:
arremeta al muslo de ave
y al tinto de su bodega.
Para el invierno pasar
arrimadito a la lumbre,
eche al jarro medio azumbre
y no deje de soplar.
(*) Faustino Parriego, Santa Clara de Avedillo (Zamora), 1975
No hay comentarios:
Publicar un comentario