jueves, 4 de agosto de 2011

Faustino Parriego (*): La catástrofe de Ribadelago


¡Quien está en tu dolor está contigo!
¡Ribadelago! ¡Sempiterno amigo!


Nueve de enero del cincuenta y nueve,
gravada quedará en nuestra memoria
la página que llevas a la historia.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Día nueve de enero, día aciago
que llenó de aflicción a España entera;
pues cedió la presa de Vega de Tera
y se llevó al pueblo de Ribadelago.


Gravada, si, Ribadelago amigo:
quien está en su dolor está contigo.


La montaña lloró y, bajo su llanto,
la nieve se deshizo bruscamente
y convertida en agua de torrente
a la presa envistió con fuerte impacto.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


La presa cedió en un estallido
con raudas cataratas de un infierno,
como lobo salido del averno
que aturde al valle con su ronco aullido,
haciendo víctima de su mortal estrago
al pequeño pueblo de Ribadelago.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


La fiera se arrastró en la noche oscura
con todas sus melenas encrespadas,
con millones de furias desatadas,
para sembrar la muerte y la amargura,
tras el zarpazo fatal que hundió en el lago
al sufrido pueblo de Ribadelago.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


De aquel fiero torrente despeñado,
la sangre de la sierra, por la herida,
fue cada metro de agua contenida
un caballo salvaje desbocado,
que, una vez de su freno desligado,
sin piedad arrasó a Ribadelago.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Ten confianza, Ribadelago 'ido' (sic),
que España, que por nada se desdora,
muy pronto en su labor reconstructora,
de nuevo te verá reconstruido. (1)


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Tan solo tus muertos no volverán:
los que hasta el lago fueron arrastrados
y otros entre los escombros sepultados,
esos... en nuestro recuerdo vivirán.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Hay corazones al dolor abiertos
y hasta nosotros llegan sus latidos
enviando plegarias a los muertos
y frases de consuelo para los vivos.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Fuiste un ala del cuerpo de Zamora
que se desprendió con un gemido;
y mas que nadie con razón llora
pues tu dolor el suyo propio ha sido.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


La palma gozarás de los sufridos
que serán por el dolor glorificados;
porque Dios tiene a muchos invitados
pero muy pocos son los elegidos.


Gravada, si, Ribadelago, amigo:
quien está en su dolor está contigo.


Yo quisiera asociar con el acento
valores que el amor solo aquilata,
fundiendo en el dolor que le maltrata
las fuentes donde mana el sentimiento.


Y así será, Ribadelago, amigo,
¡Quien está en tu dolor está contigo!
¡Ribadelago! ¡Sempiterno amigo!

(*) Faustino Parriego, Santa Clara de Avedillo (Zamora), 1960
(1) El pueblo español se solidarizó con Ridadelago. Otra cosa es lo que llegó hasta los supervivientes, a los dannificados..

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